La bioeconomía es una propuesta disciplinar relativamente reciente que tiene por objeto incorporar los esquemas de la economía circular a los sectores productivos que utilizan recursos de origen biológico, valorizándolos y alineándolos con el uso sostenible de los mismos, y teniendo presentes los tres principios básicos de la economía circular: reducción, reutilización y reciclaje. Se trata de una apuesta de integrar la sostenibilidad en sectores que resultan estratégicos para ésta: sectores que utilizan y/o producen biomasa o recursos biológicos. La bioeconomía es una disciplina de síntesis que pretende integrar ciencia, tecnología y sectores productivos para dar respuesta a las nuevas expectativas generadas por la sociedad y que tienen como base importantes desafíos: cambio climático, pérdida de diversidad, preservación de los ecosistemas, despoblación rural, etc.
La bioeconomía es por tanto la estrategia de sostenibilidad de sectores esenciales para el Grupo Cooperativo Cajamar: entre ellos, el sector agrario y agroalimentario. Pero a su vez es una oportunidad para sectores presentes en territorios rurales amenazados por la pérdida de población y de oportunidades económicas, esenciales para la estrategia de inclusión financiera del Grupo Cooperativo Cajamar. Muchos de estos sectores se encuentran arraigados en sistemas productivos locales que tienen como ejes de actuación la competencia y la cooperación, así como un ecosistema de innovación respetuoso con el medio natural que contribuye a la cohesión socio-territorial.
Se puede decir que los productos generados por dichos sectores económicos han ido aumentando en las últimas décadas en términos de valor y en términos de aplicaciones en distintos sectores transformadores e industriales, por lo que el recorrido presente y futuro de la bioeconomía es muy esperanzador en términos de economía de escala, de gama/alcance y de masa crítica. En este sentido, el Grupo Cooperativo Cajamar está muy involucrado en la financiación proyectos de bioeconomía que tienen elementos comunes y alineados con su estrategia de sostenibilidad y su política de riesgos. La mayoría de estos proyectos se dan en sistemas productivos locales, especialmente de base agropecuaria, y que tienen un impacto muy positivo en términos sociales y ambientales en el medio rural.
La bioeconomía introduce elementos esperanzadores en el ámbito de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la Agenda 2030. De hecho, se trata de una estrategia transversal para sectores que, a su vez, son esencialmente transversales para los ODS: como es el caso de la agricultura. No se puede entender la consecución de los ODS, ni la lucha contra el cambio climático, sin la contribución necesaria de los sectores generadores de biomasa (carbono orgánico). Estos sectores tienen la capacidad de fijar carbono en dos reservorios fundamentales: el material vegetal y el suelo.
Pero además de estos beneficios, el fomento de la bioeconomía tiene como consecuencia un aumento del empleo, especialmente en espacios amenazados por la despoblación, el desempleo y la pérdida de suelo. El aumento de la gama de dichos productos, así como sus aplicaciones a cada vez un mayor número de sectores productivos, puede ser una palanca para preservar la biodiversidad. Y el aumento de su valor puede contribuir a hacer más viable la producción de biomasa, fijando capital y población al territorio.
El sector agroalimentario en España, por su importancia y peso, es capital para una estrategia de bioeconomía. El Grupo Cooperativo Cajamar, líder en el sector agropecuario en nuestro país, entiende la bioeconomía como una oportunidad sostenible para dotar de un mayor valor agregado a la biomasa y a los productos biológicos generados en el ámbito local y rural. Solo generando este valor, a través de la investigación científica, la tecnología y los sectores productivos, será posible hacer más competitivo el producto local desde una perspectiva sostenible y desde la economía circular: la otra cara de la moneda de la biotecnología.
La bioeconomía representaría la opción de crear valor dentro de la sostenibilidad, y la economía circular representaría la opción de crear valor a partir de la sostenibilidad. Realmente son dos planteamientos diferentes pero que persiguen objetivos comunes: mayor aprovechamiento de los recursos, lucha contra el cambio climático, generación de empleo, etc. La bioeconomía pretende desde la sostenibilidad estimular el desarrollo agrícola e industrial. El entorno local es muy importante pues no hay reglas bioeconómicas para todos los ambientes. Todo dependerá de los elementos del entorno, tales como el tipo de ecosistemas, los recursos hídricos locales disponibles, etc.
La bioeconómica no implica aumentar la biomasa, sino ser más eficientes en su uso y aportar más valor a partir de la biodiversidad. Los retos de la nueva economía es crear más utilidades que desutilidades, más productos que residuos, más usos que desusos…; evitando el sobreconsumo y el volumen de desperdicios. En definitiva, ser sostenibles.