¿Sabías que si cambiásemos pequeñas acciones en nuestro día a día, con ayuda de las instituciones, podríamos suministrar comida y generar ingresos para todos a través de la agricultura, la silvicultura y las piscifactorías? Tenemos los recursos para ello, pero, desgraciadamente, mientras lees esto, nuestros suelos y océanos están siendo devastados. Y por esta razón, 795 millones de personas (más del doble de la total población de EEUU) pasan hambre. Son datos abrumadores, pero más fáciles de cambiar de lo que imaginamos: si las mujeres agricultoras tuviesen el mismo acceso a los recursos que los hombres, el número de hambrientos se reduciría a 150 millones. Es hora de replantearnos cómo producimos, cómo vendemos y cómo consumimos nuestra comida. Porque este sector, junto al agrícola, son esenciales para nuestro desarrollo y para la eliminación del hambre.
Queremos provocar un cambio radical en el sistema de cultivo y producción del alimento que tanto necesitamos, si queremos alimentar de forma sostenible a los 2 billones más de personas que seremos en 2050.
Queremos poner fin a todas las formas de malnutrición, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción y duplicar la productividad e ingresos de productores alimentarios a pequeña escala.
Queremos poner fin al hambre. ¿Te unes?