Decir que queremos paz y justicia en el mundo podría sonar utópico o incluso vacío si no nos detuviéramos a pensar en lo que realmente implica. La corrupción, el soborno, el robo y el fraude fiscal… todos estos factores conllevan violencia e injusticia, y cuestan alrededor de 1260 millones de dólares al año a los países en vías de desarrollo. La tasa de niños que abandonan la escuela primaria en los países afectados por conflictos alcanzó los 28,5 millones, es decir, el 50% de todos los niños y niñas de su población.
La promoción de sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, la provisión de acceso a la justicia para todos y la construcción de instituciones responsables y eficaces a todos los niveles debe ser una de nuestras prioridades.
Pero, además, debemos actuar con objetivos comunes que den prioridad a las personas y al planeta. ¿Cómo? Trabajando de forma alineada, uniendo fuerzas y energía. Creando alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. ¡Solo así velaremos por todos nuestros intereses! ¡Unámonos!
Queremos reducir todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad en el mundo. ¡Podemos conseguirlo!
Queremos poner fin especialmente a la violencia contra los niños, y reducir la corrupción que, en ciertos casos, la permite. Queremos aprobar leyes no discriminatorias, ampliar la participación de los países en vías de desarrollo, fortalecer la recuperación de bienes robados.
Queremos promover las sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, la provisión de acceso a la justicia para todos y la construcción de instituciones responsables y eficaces a todos los niveles.
Y, sobre todo, queremos mejorar la cooperación regional e internacional para garantizar el desarrollo sostenible y el comercio multilateral equitativo, y para aumentar la estabilidad macroeconómica.
Nosotros, vosotros, ellos… y tú. Entre todos, podemos conseguir todo esto y mucho más.
¿Quieres cambiar las cosas?
