El Grupo Cooperativo Cajamar es consciente de la importancia del cambio climático en la identificación de riesgos y oportunidades relacionados con su negocio y desempeño, especialmente teniendo presente la importancia del sector primario, estratégico para el negocio del Grupo, en el impacto y en las posibles soluciones para la resolución de este problema global. En concreto, en 2017, se ha realizado el siguiente mapa de riesgos asociados al cambio climático, vinculándolos con los riesgos materiales identificados y que pueden impactar en la entidad en términos de capital. Para ello se ha determinado tanto la probabilidad de ocurrencia a medio-largo plazo, teniendo como referencia el horizonte temporal del negocio bancario, como la severidad en términos de impacto bruto, es decir, sin la mediación de ninguna medida de gestión implementada para su mitigación. Del mismo modo, se han clasificado los riesgos según sean riesgos de transición a una economía baja en carbono, o riesgos físicos.
En este sentido, conscientes de que el riesgo ambiental financiero de las empresas ha llegado a un punto en el que puede influir significativamente en el estado financiero de las mismas, Grupo Cooperativo Cajamar ha considerado necesario elaborar e implementar un modelo que permita evaluar dicho riesgo y clasificar su cartera crediticia en base a su exposición al riesgo por incumplimiento regulatorio.
La valoración del riesgo por incumplimiento regulatorio afecta a la cartera crediticia de negocio corporativo y es actualizada periódicamente con el fin de valorar su evolución.
Este análisis de cartera permite tener un mayor conocimiento de la exposición al riesgo regulatorio de naturaleza ambiental de los clientes y consecuentemente permite focalizar una adecuada gestión del riesgo en aquellos clientes que paralelamente puedan presentar una situación económica-financiera más débil y que la cierre del 2017 ha requerido una mayor intervención por parte de la Entidad en apenas un 0,40% del total de la cartera.
Más allá de la exposición al riesgo regulatorio, el concepto de riesgo de componente social y ambiental es la considerada en la Norma UNE_ISO 31000 de principios y directrices de la gestión del riesgo, que textualmente cita: “Riesgo es el efecto de la incertidumbre sobre la consecución de los objetivos”
Por ello, al analizar un proyecto de inversión, nos encontramos con planes de negocio y de explotación tradicionalmente basados en estudios de mercado y proyecciones que consideran todas las variables de carácter financiero conocidas pero que obvian que los aspectos sociales y ambientales sometidos a regulación o simplemente de interés público, pueden tener un efecto muy significativo sobre los resultados esperados.
¿Puede ser que el precio del agua suba en un corto periodo de tiempo hasta niveles que comprometan los resultados esperados en un plan de explotación?¿Puede un cambio en las condiciones de contratación laboral afectar a dichos resultados?¿Puede la percepción de la población o de grupos ecologistas condicionar la buena marcha de un plan establecido?
A todas estas preguntas y otras más responde el hecho de estar desarrollando una metodología que permita asignar un valor de incertidumbre asociado al desconocimiento del comportamiento de estas variables, que nos permita entenderlo en términos de riesgo financiero.