El 1981 había 1.900 millones de personas pobres en el mundo y ahora hay 800 millones, cuando la población es de 7.500 millones (entonces eran 4.500 millones). Así que ha habido un increible éxito en la mejora de las condiciones, pero el desempleo continúa siendo masivo, y esos 800 millones (más de la población completa de toda Europa) reciben 2 dólares al día de salario.
El crecimiento económico sostenible e inclusivo, que beneficie a todas las personas por igual y no perjudique al medioambiente, solo puede conseguirse creando empleo decente. Mujeres, jóvenes y otros grupos en situación de vulnerabilidad deben tener las mismas oportunidades. Y lo más importante de todo: debemos acabar con las prácticas de trabajo forzoso e infantil, y debemos impulsar el emprendimiento y la innovación tecnológica. Está en nuestras manos.
¿ Y tú, qué puedes hacer?
• A cada oportunidad que se te presente, contrata con responsabilidad y apuesta por empresas que respetan prácticas dignas y sostenibles, y no dañan el medio ambiente.
• Promueve el ‘Día de Llevar a tus Hijos al Trabajo’ para que los más pequeños aprendan cómo es un ambiente de trabajo saludable.
• ¿Crees que se escucha lo suficiente a los más jóvenes en tu entorno laboral? Dales voz. Podrás aprender de su energía, su tendencia y su capacidad de innovar.
• Si buscas empleo, el voluntariado también puede ser una estrategia. A de mejorar la vida de los demás, desarrolla competencias para desarrollarte profesionalmente. ¡Amplía tus fronteras y tus capacidades!
• Apoya y fomenta el uso de microcréditos con instituciones de confianza y empodera en particular a los jóvenes, desempleados de larga duración y mujeres para que se conviertan en empresarios.