Las finanzas a lo largo de nuestra vida
Cuándo debemos empezar a educar financieramente a nuestros hijos
La educación financiera de nuestros hijos debe empezar desde muy pequeños. Si les permitimos que nos acompañen desde pequeños a la oficina de nuestra entidad financiera para hacer cualquier gestión, observarán cómo nos comportamos y qué términos utilizamos.
La educación financiera es un elemento más de la educación de nuestros hijos. Cuanto antes empiecen a adquirir hábitos virtuosos, antes los interiorizarán y, con el tiempo, los convertirán en valores. No nos debe preocupar hablarles, con naturalidad y sin alarmarles, de la importancia del dinero, de nuestro trabajo, de nuestra nómina, de los impuestos que pagamos, etc. Debemos hablarles en los términos adecuados según la edad.
La educación se consigue no solamente con la información y los consejos: es muy importante el ejemplo. Nuestro hijos se comportarán según nos comportemos nosotros. Probablemente ellos “heredarán” nuestros hábitos financieros, por lo que es muy importante empezar desde muy pequeños a inculcarles valores. Si nuestros hijos observan que compramos sin control, que siempre estamos sobreendeudados y que compramos impulsivamente, ellos probablemente harán lo mismo.
Qué valores debemos transmitirles
Son muchos los valores que podemos trasladar a nuestros hijos, y casi todos ellos tienen y van a tener una gran incidencia en su comportamiento financiero presente y futuro. Especialmente, en el ámbito financiero, deberíamos centrar nuestro esfuerzo en trasladarles al menos los tres siguientes:
- El valor del esfuerzo. Es importante inculcarles que las recompensas tardan en llegar, pero finalmente llegar si uno ha trabajado y se ha esforzado.
- El valor del ahorro y de la previsión. La vida está llena de incertidumbres y de situaciones inesperadas. Contar con ahorros y planificar nuestro futuro financiero nos ayudarán a sortear los problemas económicos a los que nos enfrentaremos.
- El valor de la responsabilidad. Es importante enseñarles a ser consecuentes con sus acciones y aceptar las consecuencias de las mimas.
Como sabemos, estos valores están íntimamente relacionados, transmitiéndose casi de forma simultánea.
Sacrificarnos por nuestros hijos e intentar que no pasen ningún tipo de faltas, yendo más allá de lo que son verdaderas necesidades, puede volverse en nuestra contra si no les proporcionamos una adecuada educación financiera y unos sólidos valores cívico.
Algunos consejos
Al menos deberíamos tener presentes los siguientes consejos en la educación financiera de nuestros hijos:
- Si lo considera conveniente, ábrales una cuenta infantil en una entidad financiera para que se vayan familiarizando con los instrumentos de ahorro y con el funcionamiento de las cuentas bancarias. A cualquier edad se puede ser titular de una cuenta de ahorro, si bien la gestión de la misma debe ser realizada por los padres o tutores.
- Se deben acostumbrar a gestionar su “paga” o presupuesto, haciéndose responsables de los gastos. Además, deberían destinar una parte de la misma al ahorro en la cuenta bancaria o en una simple hucha.
- Al menos un día al año haga un ejercicio con ellos e intente que vivan ese día sin dinero.
- Debemos enseñarles desde pequeños a que aprendan a divertirse sin tener que gastar dinero.
- De vez en cuando, ofrézcales alguna tarea remunerada.
- Enséñeles a evaluar la publicidad con espíritu crítico, evitando compras irreflexivas e impulsivas.